
THE DAILY TELEGRAPH — MIÉRCOLES, 6 DE MAYO DE 2020
Asesor responsable de medidas de distanciamiento social permitió que mujer le visitara a pesar de decir al país que se quede en casa
El científico cuyo consejo llevó a Boris Johnson a poner a todo Reino Unido bajo confinamiento ha renunciado a su puesto de asesor del Gobierno anoche, por haber roto las reglas de distanciamiento social para ver a su amante casada, puede revelar The Daily Telegraph.
El profesor Neil Ferguson (foto) permitió que la mujer le visitara a domicilio durante el confinamiento mientras daba conferencias al público sobre la necesidad de un distanciamiento social estricto para reducir la propagación del coronavirus. La mujer vive con su esposo y sus dos hijos en otra casa.
El epidemiólogo dirige al equipo del Imperial College de Londres que produjo la investigación modelada por ordenador, la cual afirmó que más de 500.000 personas en Gran Bretaña morirían sin el cierre nacional. Con frecuencia, Ferguson ha recurrido a los medios de comunicación para apoyar el bloqueo y ha alabado las medidas de «distanciamiento social muy intensivo».
La divulgación de las «ilegales» reuniones enfurecerá a las parejas que viven separadas y a quienes el Gobierno ha prohibido reunirse durante el confinamiento, ahora en su séptima semana.
Al menos en dos ocasiones Antonia Staats, de 38 años (foto), se desplazó desde su casa en el sur de Londres cruzando la capital para encontrarse con el científico de 51 años — apodado ‘Profesor Confinamiento’ — quien acababa de completar dos semanas de autoaislamiento después de dar positivo por el virus.
El profesor Ferguson le dijo a The Daily Telegraph: “Acepto que he cometido un error de juicio. Por lo tanto, he terminado mi participación en SAGE [el Grupo de Asesoramiento Científico del Gobierno para Emergencias]. Actué con la creencia de que era inmune habiendo dado positivo por coronavirus, y me aislé por completo durante casi dos semanas después de desarrollar los síntomas.»
“Lamento profundamente cualquier debilitamiento a los claros mensajes sobre la continua necesidad de distanciamiento social para controlar esta devastadora epidemia. La instrucción del Gobierno es inequívoca y está ahí para protegernos a todos.”
La primera de las visitas de Staats, el lunes 30 de marzo, coincidió con una advertencia pública del profesor Ferguson de que las medidas de bloqueo de una semana tendrían que permanecer hasta junio.
Staats, activista de izquierdas, hizo a Ferguson una segunda visita el 8 de abril a pesar de decir a sus amigos que sospechaba que su esposo — otro académico, de unos 30 años — tenía síntomas de Covid-19. La pareja y sus hijos viven en un hogar de £1.9 millones, y se conoce que están en un matrimonio abierto. La mujer ha contado a su entorno sobre su relación con el profesor Ferguson, pero no cree que sus acciones en la reunión sean hipócritas ya que considera su hogar y el del científico como un solo domicilio.
Una semana antes de la primera reunión la doctora Jenny Harries, subdirectora médica del Gobierno, y Matt Hancock, el ministro de sanidad, aclararon durante la conferencia de prensa diaria de Downing Street que las parejas que no viven juntas deben permanecer separadas durante el confinamiento.
El ministro de transportes Grant Shapps recordó recientemente al público que era «ilegal estar fuera de casa por cualquiera que no sea estas cuatro razones»: emergencias médicas, ejercicio diario, compras de alimentos esenciales y ciertos tipos de trabajo.
La policía en Inglaterra y Gales ha entregado más de 9,000 multas durante el confinamiento — lo que equivale a una cada cinco minutos.
La doctora Catherine Calderwood, directora médica de Escocia, se vio obligada a renunciar el mes pasado después de hacer dos viajes a su segunda casa durante el confinamiento.
Sir Iain Duncan Smith, el exlíder conservador, dijo: «Científicos como él nos han dicho que no debíamos hacerlo así que seguramente, en su caso, hemos estado haciendo lo que él dice mientras él ha estado haciendo lo que él quiere. Ha violado peculiarmente sus propias pautas. Para un hombre inteligente, me resulta muy difícil de creer. Esto corre el riesgo de socavar el mensaje de confinamiento del Gobierno.»
Sir Charles Walker, parlamentario conservador de alto rango, dijo: “La gente debe echar de menos desesperadamente a quienes aman. Y entiendo totalmente que esa separación se vuelva demasiado difícil de soportar a veces.”
Staats declinó hacer comentarios.
Mientras un frente de clima cálido prometía abrasar a Gran Bretaña durante la Pascua de Semana Santa, los ministros del Gobierno bombardeaban a los medios con la más clara de las advertencias: Quédense en casa. Protejamos al NHS. Salvemos vidas.
Boris Johnson estaba en cuidados intensivos cuando la Reina intervino para movilizar a la nación con un discurso agradeciendo al público por quedarse en casa para proteger a personas vulnerables. «Muchos sentirán una dolorosa sensación de separación de sus seres queridos, pero en el fondo sabemos que es lo correcto,» dijo.
El respaldo científico de la decisión de confinar a Gran Bretaña fue expuesto en un documento de investigación presentado el 16 de marzo por el profesor Ferguson, el principal asesor de epidemiología del Gobierno.
Junto a su equipo de modeladores informáticos en la escuela de sanidad pública del Imperial College de Londres, predijeron que más de 500.000 personas morirían por coronavirus si no se tomaban medidas, o la mitad de esa cifra si el Gobierno continuaba con su plan anterior.
Sin embargo, mientras el público soportaba las restricciones de cierre provocadas por el consejo del profesor Ferguson, The Daily Telegraph ahora puede revelar que éste incumplía tales reglas para ver a su amante casada.
El académico — quien entraba y salía frecuentemente de Downing Street y de reuniones en despachos ministeriales — cayó con síntomas del virus dos días después de entregar su trabajo de investigación.
El 18 de marzo, Ferguson anunció en el programa Today de BBC Radio 4 que se estaría autoaislando en su departamento de Londres. «He estado en tantas reuniones en las últimas semanas,» dijo a los oyentes. «Creemos que hay potencial de contagio durante aproximadamente un día antes de los síntomas, y en realidad yo me encontraba en una conferencia de prensa en Downing Street … lo más grave es que esto pone de relieve la necesidad del tipo de respuesta que se ha promulgado.»
En ese momento, tal noticia provocó grandes muestras de apoyo para el «Profesor Confinamiento», como llegaría a ser conocido, incluido un tuit de Nigella Lawson diciéndole que descansara. Desde su casa, tuiteaba diariamente sobre su recuperación y agradecía al público los numerosos mensajes de solidaridad. Pronto volvió a informar al público — nuevamente a través de Twitter — sobre los nuevos avances científicos de su equipo del Imperial College. No fueron buenas noticias. «Nuestras últimas estimaciones sugieren que el virus es ligeramente más transmisible de lo que pensábamos anteriormente,» tuiteó el 26 de marzo.
A pesar de esto, cuatro días después el profesor se sentía lo suficientemente bien como para romper su propia indicación al público y permitió que su novia, Antonia Staats, cruzara Londres para una visita.
La semana siguiente Staats hizo una segunda visita al departamento de Ferguson, a pesar de haber dicho a sus amigos que sospechaba que su esposo tenía síntomas de coronavirus.
No hay ninguna sugerencia de que Staats le visitara durante el período en que se aisló automáticamente con el virus. A pesar de esto, para algunos los encuentros demuestran asombrosa hipocresía y desprecio deliberado de las reglas del confinamiento.
El profesor Ferguson formaba parte del Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE), que ha desempeñado un papel central asesorando al Gobierno durante la pandemia, así como al Grupo Asesor sobre Nuevas y Emergentes Amenazas de Virus Respiratorios (NERVTAG) — el cual asesora a la subdirectora médica Jenny Harries y al ministro de sanidad Matt Hancock. Solo seis días antes, durante la conferencia diaria de Downing Street el 24 de marzo, la doctora Harries respondió a una pregunta sobre si las parejas que viven separadas podían socializar.
«Si las dos mitades de una pareja se encuentran actualmente en hogares separados, idealmente deberían quedarse en esos hogares,» respondió Harries pidiendo a las parejas que «prueben la fortaleza de su relación» y que se muden juntos si querían verse. El Gobierno no quería «que la gente entrara y saliera de los hogares: anula el propósito de la reducción de la interacción social y permite la transmisión de enfermedades».
Por si no bastara con tal claridad, Hancock agregó: “Ahí tienes. Haz tu elección y trabaja para sostenerla.”
La relación de Ferguson con Staats no es convencional. Se entiende que ella sostiene un matrimonio abierto con su esposo, otro académico. La pareja vive en una casa de £1.9 millones en el sur de Londres con sus dos hijos.
Staats ha dicho en su entorno que no cree que sus acciones sean hipócritas porque considera que los hogares de Ferguson y de ella son uno. Según un amigo, el profesor Ferguson conoció al esposo de Staats y comparten un interés en la ciencia de datos. El epidemiólogo de 51 años está casado y tiene un hijo, pero se entiende que vive separado de su esposa. Se dice que conoció a Staats hace más de un año a través de la página web de contactos Okcupid.
Staats, de 38 años, creció en Isny, en el sur de Alemania, fue a la universidad en Berlín y vino a Londres en 2003 para obtener una maestría en Política Asiática de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS), donde trabaja su esposo. Es activista principal en Avaaz, una red global de activistas en línea. Staats ha hecho campaña contra el Brexit, y en 2017 fue fotografiada protestando fuera del Parlamento junto a dos títeres de Theresa May y Rupert Murdoch, sosteniendo una pancarta que decía «Hagamos que Murdoch deje de tirar de los hilos».
El profesor Ferguson es invitado habitual en el programa BBC Today. De hecho, Staats dijo a sus amigos que se encontraba en casa de él la misma mañana que Ferguson apareció en el segmento de las 7:50 a.m., el 30 de marzo.
Durante los siguientes ocho días continuó apareciendo en el programa. El 4 de abril, Ferguson dijo a la teleaudiencia: «Claramente, queremos pasar a una situación en la que al menos a fines de mayo podamos sustituir medidas menos intensivas que el confinamiento que tenemos ahora … no creo que nadie quiera levantar las medidas ahora, y correr el riesgo de que la epidemia empeore.»
Sin embargo, el 8 de abril, Staats volvió a acudir al piso de Ferguson. La contradicción entre lo que decía en público y lo que hacía en privado no parecía molestarle porque el 10 de abril, nuevamente en BBC Today, dijo: «Claramente, no queremos que estas medidas continúen más de lo absolutamente necesario. Es decir, los costes económicos, sociales, personales y de salud son enormes, pero queremos encontrar políticas establecidas que mantengan la supresión de la transmisión de este virus.»
Anoche, Ferguson admitió que había cometido un «error de juicio» y renunció a su cargo en SAGE, diciendo haber actuado «bajo la creencia de que era inmune habiendo dado positivo por coronavirus, y me aislé por completo durante casi dos semanas después de desarrollar síntomas.»
“Lamento profundamente cualquier debilitamiento de los claros mensajes en torno a la necesidad continua de distanciamiento social para controlar esta devastadora epidemia. La indicación del Gobierno es inequívoca y está ahí para protegernos a todos,” dijo.
A pesar de esto, para miles de parejas solitarias pasando su séptima semana separados, conocer la noticia de los encuentros del Profesor Confinamiento será una píldora muy amarga de tragar.
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Golpe de Escocia a la ‘app’ de rastreo de contactos del NHS
La aplicación de rastreo de contactos del NHS aún no se recomendará para su uso en teléfonos móviles en Escocia, ya que sus funcionarios dijeron que primero necesitaban saber si funcionaba y si era segura.
Mientras comenzaban las pruebas en la Isla de Wight ayer, surgieron crecientes temores de privacidad y advertencias de que la aplicación tenía problemas legales y podría obstaculizar viajes internacionales.
Nicola Sturgeon, la primera ministra escocesa, dijo que sería «cautelosa» con respecto a esa aplicación, y que el sistema escocés se basaría en el rastreo de contactos «anticuado».
Cuando se le preguntó si el Gobierno escocés recomendaría la aplicación, el profesor Jason Leitch, director clínico nacional de Escocia, dijo: «La descargaré yo mismo una vez que esté seguro de que funciona, su seguridad es buena y puede alimentar datos a nuestros sistemas escoceses. Aún no lo sabemos. Nadie puede saber eso todavía porque se acaba de desarrollar.»
Para que una aplicación de rastreo de contactos sea efectiva, debe ser utilizada por casi el 60 por ciento de la población, y la decisión de utilizar varios métodos diferentes en Escocia pone en peligro su efectividad.
Sturgeon dijo que aunque la aplicación estaría disponible en Escocia, los funcionarios «no van a construir un sistema completo a su alrededor». En cambio, Escocia utilizará rastreadores especializados para informar directamente a los contactos de un paciente.
Westminster también ha insistido en que la llamada «epidemiología con piel» también será fundamental para el enfoque de Inglaterra, mientras funcionarios de Gobierno ya están reclutando un ejército de 18,000 rastreadores de contactos.
Aún así, los epidemiólogos rastrearán el virus a través de la aplicación, que mantendrá información centralizada sobre si una persona ha contraído el virus y con quién ha estado en contacto.
Aunque los datos son anónimos, expertos legales han advertido que elegir un sistema tan intrusivo — ya rechazado en zonas de Europa — dejará al Gobierno vulnerable a problemas de esa índole. Debido a que la aplicación no es compatible con un sistema descentralizado, a través del cual el teléfono de una persona se puede comunicar directamente con otros usuarios de la aplicación, también ha habido advertencias de que no puede cruzar fronteras.
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‘Furlough’ podría reducirse por violenta subida de costes
El apoyo del fondo de contribuyentes a los millones de trabajadores sin empleo — conocido localmente como furlough — podría reducirse, ante temores sobre el aumento del coste del programa.
Downing Street y el Tesoro no han negado informes ayer de que el canciller Rishi Sunak estaba buscando «reducir» el esquema rebajando la proporción de los salarios financiados por el Tesoro de 80 al 60 por ciento.
El esquema de retención de empleo respalda a día de hoy los salarios de 6.3 millones de trabajadores — casi una cuarta parte de la fuerza laboral del sector privado de Gran Bretaña — a un coste de £8.000 millones. El contribuyente paga a cada trabajador hasta £2.500 por mes.
La escala del programa — combinado con millones en beneficios adicionales — significa que más de 27 millones de personas, el 53 por ciento de la población adulta, ahora están financiadas por el contribuyente.
El diario Evening Standard informó anoche que Sunak estaba buscando reducir la proporción de salarios que el Gobierno paga a los empleadores al 60 por ciento, alentando a los empleadores a compensar la diferencia.
Otro enfoque sería permitir que parte del personal en furlough trabaje, pero con un subsidio menor por parte del contribuyente.
El Gobierno no ha desmentido estos informes. El portavoz oficial del primer ministro dijo: “El canciller ha dicho que está trabajando en la forma más efectiva de terminar el programa. Después de todo, necesitamos impulsar nuestra economía y hacer que la gente vuelva a trabajar.”
Una fuente del Tesoro dijo que el informe era «pura especulación», y agregó: «El Canciller está trabajando en varias opciones esta semana y todavía no se han tomado decisiones, por lo que todo está sobre la mesa.»
Mientras tanto, Matt Hancock, el ministro de sanidad, sugirió que los empleadores tendrían sanciones si no mantenían a su personal después del confinamiento. Cuando se le preguntó en Sky News si habría sanciones, dijo: «Ya existen reglas que hemos implementado para enfrentar la crisis. Sí.»
Al insistir en cómo el Gobierno podría garantizar que los trabajadores no pierdan sus empleos si se niegan a regresar, agregó: «Podemos proteger a las personas estableciendo reglas de distanciamiento social en el trabajo, y a las personas que hagan lo más que puedan para seguir estas reglas.»