Simpatizantes de todas partes comparten momento histórico irrepetible
Una multitud de miles de personas de todo el mundo se ha desplazado ayer a The Mall para el comienzo de las históricas celebraciones del reinado de Isabel II.
Algunos fanĆ”ticos reales habĆan acampado durante dĆas en las inmediaciones del paseo que lleva al palacio de Buckingham, buscando un lugar privilegiado en el Trooping the Colour [tradicional desfile de regimientos del EjĆ©rcito britĆ”nico y paĆses de la Commonwealth], mientras que otros simplemente comparecieron con la esperanza de ver a la monarca en persona.
Val Hallam, de 61 aƱos, se desplazó desde Doncaster temprano en la maƱana para ver el espectĆ”culo con dos amigos. āHa sido increĆble,ā dijo, justo despuĆ©s del vuelo de los cazas de la RAF. Ā«Cuando los aviones formaron el nĆŗmero ’70’ en el aire, todos empezamos a llorar.ā
Para muchos era su primer jubileo o evento real, pero otros ya eran veteranos de muchas celebraciones reales ā e incluso a la coronación de 1952. Una de ellas era Brenda Dalton, de 81 aƱos, procedente de Northampton. āNo acampamos, pero sĆ llegamos pronto. Yo estuve en la coronación. TenĆa 11 aƱos y no hacĆa tan buen tiempo como hoy, estaba lloviendo. La vi en su carruaje dorado. Si me hubieras dicho que [la Reina] todavĆa iba a estar en el trono hoy, no te habrĆa creĆdo. Creo que es fabulosaā.
Algunos simpatizantes viajaron desde Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, TurquĆa y Francia.
Kelly Murphy, de 36 años, de Melbourne, viajó sola y pasó la noche del miércoles de acampada en The Mall.
āDespuĆ©s de todo, es un momento en la historia que ninguno de nosotros volverĆ” a ver,ā dijo. āHa sido un sueƱo hecho realidad. LlorĆ© mucho. No sabemos cuĆ”nto tiempo nos quedarĆ” con la Reina como jefa de Estado.ā
Mandy Leifheig, de 47 aƱos, de Seattle, seguidora fanĆ”tica de la familia real por dĆ©cadas, dijo que Ā«estaba en su lista de deseos venir a un Trooping the Colour, y este parecĆa el aƱo para hacerloĀ».
Sarah Quelling, de 34 aƱos, vino desde Texas con su madre. āSolo querĆamos ser parte de esto,ā afirmó.
Estelle Faure, de 38 años, francesa, dijo que algunos de sus amigos se sorprendieron cuando les contó sus planes.
āMe preguntaron, āĀæestĆ”s hablando en serio?ā Pero me vine igual porque me encanta la Reina y estoy fascinada por ella. No tenemos este tipo de cosas en Francia.ā
Muchos de los simpatizantes estaban mĆ”s emocionados por la oportunidad de echar un vistazo a los miembros de la realeza mĆ”s jóvenes. Una mujer gritó cuando vio a la duquesa de Cambridge y tuvo que apoyarse en un amigo para que la aupara. Linsey Trowell, de 49 aƱos, dijo que fue un momento Ā«hermosoĀ» ver a la duquesa de Cornwall y a la duquesa de Cambridge llegar en el mismo carruaje. āPero todo ha sido muy impresionanteā, agregó.
Los vĆtores fueron particularmente fuertes cuando la multitud tuvo a la vista a los tres pequeƱos hijos de los duques de Cambridge.
Mary-Jane Willows, de 68 aƱos, de Penzance, habĆa acampado con una amiga, Donna Werner, de 70, de Connecticut, en una carpa que llamaron el Ā«palacio verdeĀ» y dijo que lo mĆ”s destacado era ver a la generación futura.
āAl ver a los niƱos, a Kate y a William, el futuro de la monarquĆa estĆ” en manos fabulosas,ā dijo Willows.
Linsey Cheek, de 52 aƱos, y su madre, Sandra Sim, de 81, que aparecieron con coronas de lĆ”minas de oro, ya se habĆan apostado en The Mall en ocasiones anteriores, para ver los jubileos de oro y diamante. El dĆa trajo recuerdos a Sim de la coronación, cuando era una niƱa y crecĆa en Dundee (Escocia).
āEstuvimos en una fiesta callejera, aunque era un dĆa muy lluvioso,ā manifestó. āUno de los vecinos tenĆa un televisor de este tamaƱo [pequeƱo]. . . todo era diversión y sĆ”ndwiches de mermelada. Tengo un gran respeto por la Reina.ā
Cheek, profesora asistente, estaba ansiosa por envolverse en la atmósfera: āLes dije a los niƱos de mi escuela el viernes: no habrĆ” otra ocasión como Ć©sta en sus vidas.ā
Hubo sentimientos encontrados de decepción y alegrĆa entre la multitud cuando se pudo apreciar a la Reina en su balcón, mientras que algunos otros esperaban verla pasar en un carruaje dorado por The Mall. Halia Muneva, de 59 aƱos, acampó durante la noche. Ya habĆa hecho lo mismo para los jubileos de Plata, Oro y Diamante, y estaba triste por no haber podido ver a la monarca, dado que habĆa Ā«orado y rezadoĀ» para que pasara junto a ella. āQuedĆ© un poco triste por eso,ā afirmó.
Otros tuvieron mĆ”s suerte. Margaret Barker, de 80 aƱos, y su hija Susan Marshall de 58, enfermera de guarderĆa, vestidas con coronas y tĆŗnicas reales, dijeron que estuvieron encantadas de ver a la Reina en su balcón. Barker dijo: āPudimos verla en el balcón y por eso ya valió la pena.ā
āLo hemos pasado muy bien, hemos conocido gente y eso te hace sentir orgullosa de ser britĆ”nica. AdemĆ”s, esto nunca volverĆ” a suceder.ā
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