Inflación cae a 12.5% en supermercados

MIÉRCOLES, 16 DE AGOSTO DE 2023

Primer alivio para consumidores desde invasión a Ucrania

La inflación de precio de los alimentos tuvo su segunda caída más aguda desde 2008, cayendo 2,2% al 12,7% durante las cuatro semanas hasta el 6 de agosto, según nuevos datos.

Si bien los precios de los alimentos siguen aumentando, algunos productos han bajado: los compradores pagan £1,50 por cuatro pintas de leche frente a £1,69 en marzo, y un litro de aceite de girasol ahora es 22 p más barato que en la primavera, según un análisis de Kantar.

Si bien aún es alto, que el aumento esté desacelerando es buena noticia para el consumidor, que ha estado luchando contra precios exorbitantes desde que la invasión rusa de Ucrania hizo que los costos de energía, granos y fertilizantes se dispararan.

Los datos llegan antes de las cifras de inflación de julio de hoy miércoles. Expertos predicen que la tasa general de inflación caerá al 6,7%, desde el 7,9% del mes pasado.

Los compradores aún muestran signos de preferir los precios más bajos, siendo Aldi la cadena de más rápido crecimiento por cuarto mes consecutivo, con un aumento de sus ventas del 21,2 % en comparación con 2022.

Tormenta, sol y fiesta

Londres verá hasta este viernes repeticiones del pésimo tiempo de julio, seguidas de 5 días de sol sin lluvia y máximas de 26°C para recibir el Carnaval de Notting Hill

Titulares de la prensa británica

The Times – Acusan a ‘espías rusos’ de hacerse pasar por periodistas
The Telegraph – Arrestan a ‘célula espía rusa de Northolt’
The Guardian – Búlgaros sospechosos de espiar para Rusia
Metro – Atrapan a ‘espías’ de Putin
i news – Arrestan a ‘espías rusos’ en suburbios
Daily Mirror – Los espías de al lado
Daily Express – Pensión estatal sube a £11.469
Daily Mail – Los ‘espías’ de los suburbios
Daily Star – Historiador descifra código Da Vinci

Pubs y restaurantes en peligro

MARTES, 1 DE NOVIEMBRE DE 2022

Más de 33% de pubs y restaurantes puede quebrar el próximo año

Más de un tercio de locales de hostelería británicos como pubs, restaurantes y hoteles, podría quebrar a principios del próximo año, por el aumento de los costes de energía y baja de reservas, según una nueva encuesta.

Dado que casi todas las empresas dicen que enfrentan mayores costes de energía e inflación en los precios de los alimentos, el 35% de los encuestados en una encuesta trimestral de la industria hotelera dijeron que esperaban operar con pérdidas o no poder continuar operando para fin de año.

El 77 % de los operadores informó una disminución en la asistencia y el 85 % esperaba que la situación empeorara, según un informe conjunto de UK Hospitality, British Beer and Pub Association (BBPA), British Institute of Innkeeping (BII) y Hospitality Ulster, que revela ‘la dura situación que enfrentan las empresas de hostelería, con muchas al borde debido a la crisis del coste de hacer negocios’.

‘La vulnerabilidad del sector se muestra por completo en esta encuesta y, si no se toman medidas urgentes, es muy probable que perdamos una parte significativa del histórico sector hostelero británico en las próximas semanas y meses.’

Ministra del interior: inmigrantes ‘nos invaden’

Piden renuncia de ministra del interior Suella Braverman por denigrar a inmigrantes luego de ataque incendiario a centro de inmigrantes en Dover

Titulares de la prensa británica

The Times – Alarma por discurso anti-inmigración de ministra
Daily Telegraph – Gran subida de impuestos en el ‘camino difícil’
The Guardian – Ministra agrava retórica migratoria y piden su renuncia
Metro – ‘Bienvenidos’ al país
Daily Mail – Suella: inmigración del Canal está fuera de control
Daily Express – ¡Alarma! Más impuestos para financiar deuda
Daily Mirror – Ofensiva, irresponsable, incompetente
i news – Furia en el Gabinete mientras Suella lucha por quedarse
The Independent – Furia por dichos de Braverman sobre ‘invasión’ migratoria
The Sun – Corona traiciona a William

La ‘Stalinización’ de Rusia

Crédito de imagen: UA DC / flickr (Creative Commons Licence 1.0)

Mientras va quedando claro que en Ucrania no podrá vencer, Vladimir Putin recurre a la represión interna

CUANDO VLADIMIR PUTIN ordenó la invasión de Ucrania soñaba con restaurar la gloria del imperio ruso, pero ha acabado restaurando el terror de Josef Stalin. No solo porque ha desatado el acto de agresión no provocado más violento en Europa desde 1939, sino también porque, como resultado, se está convirtiendo en un dictador en casa: un Stalin del siglo XXI que recurre como nunca antes a la mentira, la violencia y la paranoia.

Para comprender la escala de las mentiras de Putin, se debe considerar cómo se planeó la guerra. El presidente de Rusia pensó que Ucrania colapsaría rápidamente, por lo que no preparó a su pueblo para la invasión ni a sus soldados para su misión; más bien, afirmó ante élites internacionales que aquello no sucedería. Después de dos semanas terribles en el campo de batalla, Putin sigue negando haber montado lo que podría convertirse en la guerra más grande de Europa desde 1945. Para sostener esta mentira que abarca todo, ha cerrado casi todos los medios independientes, ha amenazado a periodistas con penas de hasta 15 años de prisión si no repiten como loros las falsedades oficiales, y ha detenido a miles de manifestantes contra la guerra. Al insistir en que su “operación” militar es desnazificar a Ucrania, la televisión estatal está reestalinizando a Rusia.

Para captar el apetito de violencia de Putin, veamos cómo se libra la guerra. Al no haber logrado una victoria rápida, Rusia trata de sembrar el pánico matando de hambre a ciudades ucranianas y atacándolas a mansalva. El 9 de marzo bombardeó un hospital materno-infantil en Mariupol. Si Putin está cometiendo crímenes de guerra contra los colegas eslavos que elogiaba en sus escritos, estará más que listo para empezar una matanza en su propia casa.

Y para medir la paranoia de Putin, imaginemos cómo termina la guerra. Rusia tiene más potencia de fuego que Ucrania. Todavía está avanzando, especialmente en el sur. Todavía puede capturar la capital, Kyiv. Y, sin embargo, incluso si la guerra se prolonga durante meses, es difícil ver a Putin como el vencedor.

Supongamos que Rusia logra imponer un nuevo gobierno. Los ucranianos ahora están unidos contra el invasor. El títere de Putin no podría gobernar sin una ocupación, pero Rusia no tiene ni el dinero ni las tropas para controlar ni siquiera la mitad de Ucrania. La doctrina del ejército estadounidense dice que para hacer frente a una insurgencia, en este caso, una respaldada por la OTAN, los ocupantes necesitan de 20 a 25 soldados por cada 1000 habitantes; Rusia tiene un poco más de cuatro. Si, como el Kremlin habría comenzado a indicar, Putin no impone un gobierno títere — porque no puede — entonces tendrá que llegar a acuerdos con Ucrania en las conversaciones de paz. Sin embargo, le costará hacer cumplir cualquier pacto de este tipo. Después de todo, ¿qué hará si la Ucrania de posguerra reanuda su deriva hacia Occidente? ¿Invadirla?

La verdad es que, al atacar a Ucrania, Putin ha cometido un error catastrófico. Ha arruinado la reputación de las supuestamente formidables fuerzas armadas de Rusia, que han demostrado ser tácticamente ineptas contra un oponente más débil y peor armado, pero muy motivado. Rusia ha perdido muchísimo equipo y pertrechos y ha sufrido miles de bajas, casi tantas en dos semanas como las que ha sufrido Estados Unidos en Irak desde su invasión en 2003.

Putin ha impuesto sanciones ruinosas dentro de su propio país. Su banco central no tiene acceso a la moneda fuerte que necesita para respaldar el sistema bancario y estabilizar el rublo. Las marcas que defienden la apertura, como [la sueca] IKEA y Coca-Cola, han cerrado sus puertas. Algunos bienes de consumo están bajo racionamiento. Los exportadores occidentales están reteniendo componentes vitales, lo que provoca parones en las fábricas. Las sanciones a la energía, por ahora limitadas, amenazan con reducir las divisas que Rusia necesita pagar por sus importaciones.

Y además, al igual que Stalin, Putin viene destruyendo a la burguesía, el gran motor de la modernización rusa. En lugar de ser enviados a un gulag, huyen a ciudades como Estambul en Turquía, y Ereván en Armenia. Aquellos que optan por quedarse están siendo amordazados con restricciones a la libertad de expresión y de libre asociación. Serán afectados por la alta inflación y la dislocación económica. En solo dos semanas, han perdido su país.

Stalin presidió una economía en crecimiento. Por muy asesino que fuera, se basó en una ideología reale, incluso cometiendo ultrajes, consolidó el imperio soviético. Después de ser atacado por la Alemania nazi, fue salvado por el increíble sacrificio de su país, que hizo más que ningún otro para ganar la guerra.

Putin no tiene ninguna de esas ventajas. No solo no logra ganar una guerra que ha empezado él y que empobrece a su pueblo: su régimen carece de un núcleo ideológico. El “putinismo”, tal como es, combina el nacionalismo y la religión ortodoxa para captar audiencias televisivas. Las regiones de Rusia, que se extienden a lo largo de 11 zonas horarias, ya murmuran que esta es una guerra solo de Moscú.

A medida que queda clara la magnitud del fracaso de Putin, Rusia entrará en el momento más peligroso de este conflicto. Las facciones del régimen se enfrentarán entre sí en una espiral de culpas. Putin, temeroso de un golpe, no confiará en nadie y puede que tenga que luchar por el poder. También puede tratar de cambiar el curso de la guerra aterrorizando a sus enemigos ucranianos y expulsando a sus patrocinadores occidentales con armas químicas o incluso con un ataque nuclear.

Mientras el mundo observa los sucesos, debe proponerse limitar el peligro que se avecina. Debe pinchar las mentiras de Putin fomentando la verdad. Las empresas tecnológicas occidentales se equivocan al cerrar sus operaciones en Rusia, porque de esa manera están dando al régimen el control total sobre el flujo de información. Los gobiernos que dan la bienvenida a refugiados ucranianos también deberían dar la bienvenida a los emigrados rusos.

La OTAN puede ayudar a moderar la violencia de Putin, al menos en Ucrania, si continúa suministrando armas al gobierno de Volodymyr Zelensky y apoyándolo si decide que ha llegado el momento de entablar negociaciones serias. También puede aumentar la presión sobre Putin al impulsar sanciones energéticas más rápidas y profundas, aunque a un coste para la economía mundial.

Y Occidente puede tratar de contener la paranoia de Putin. La OTAN debería declarar que no disparará contra las fuerzas rusas, siempre y cuando no ataquen primero. No debe darle a Putin una razón para llevar a Rusia a una guerra a mayor escala declarando una zona de exclusión aérea que necesita ser aplicada militarmente. Por mucho que a Occidente le gustaría un nuevo régimen en Moscú, debe declarar que no designará uno directamente. La liberación es tarea del propio pueblo ruso.

Ante el hundimiento de Rusia, el contraste con su presidente vecino es evidente. Putin está aislado y moralmente muerto; Zelensky es un valiente ciudadano de a pie que ha unido a su pueblo y al mundo. Es la antítesis de Putin, y quizás su némesis. Pensemos en lo que podría llegar a ser Rusia, una vez liberada de su Stalin del siglo XXI.

——

Artículo de Redacción
Publicado / actualizado en The Economist el viernes, 12 de marzo de 2022

Traducido del inglés por Alejandro Tellería-Torres

Enlace al artículo original: https://www.economist.com/leaders/2022/03/12/the-stalinisation-of-russia

Precios de petróleo y gas se disparan

HOY — JUEVES, 3 DE MARZO DE 2022

Sanciones rusas comienzan a afectar a Reino Unido

El precio del petróleo alcanzó los $111 dólares el miércoles en que se impusieron sanciones contundentes a la economía rusa, y se estableció en $109,54 al cierre de los mercados bursátiles, un 15% más alto que antes de su invasión a Ucrania el jueves pasado.

El coste medio de un litro de gasolina en las estaciones de servicio británicas fue de 151,67p el martes, frente a los 151,16p del lunes, según la firma de datos Experian Catalist. Los precios futuros en el mercado mayorista de gas natural europeo se dispararon más del 50% hasta 185€ mW/hora.

Se ha reportado también que los cargamentos rusos de gas natural licuado (LNG) estaban siendo desviados a puertos fuera de Reino Unido.

A pesar de la guerra en curso en Ucrania, las entregas de gas de Rusia a Europa se han mantenido sin cambios a través de varios gasoductos.

Sin embargo, existe preocupación en el mercado de que la posibilidad de sanciones más estrictas pueda comenzar a impactar en el mercado de la energía y, con el sistema financiero de Rusia fuertemente restringido, los comerciantes se muestran reacios a negociar.

Aire tóxico

Baja calidad del aire londinense ha llevado a 1.700 admisiones hospitalarias por asma y casos pulmonares, según estudio del Imperial College

Portadas del día

The Times – Putin arrasa ciudades
Daily Telegraph – Cae primera ciudad ante rusos
Metro – Momento de gloria
The Guardian – Rusia nos quiere ‘borrar’, advierte presidente ucranio
Daily Mirror – Por ellos y su futuro… alto
Daily Express – Ni los soldados de Putin quieren guerra
The Sun – Remate a la rusa
Daily Star – Héroes nucleares
City AM – Petróleo y gas aumentan ante cruel guerra
i news – Bienvenido al infierno
Financial Times – Rusos abaten ciudades ucranianas