Catastrófica fuga de datos de Defensa

MIƉRCOLES, 16 DE JULIO DE 2025

Ministerio de Defensa habrĆ­a arriesgado 100.000 vidas

Una enorme fuga de datos del Ministerio de Defensa puso en peligro la vida de unos 100.000 afganos y forzó la evacuación de miles de ellos a Reino Unido en virtud de un plan encubierto de Ā£7.000 millones – que una orden judicial sin precedentes mantuvo en secreto durante casi 2 aƱos, se reveló ayer.

La filtración, en febrero de 2022, expuso los datos de miles de afganos que afirmaron estar en peligro a manos de los talibanes debido a sus vínculos con fuerzas britÔnicas, y que deseaban huir a Reino Unido.

El error desencadenó una altamente secreta operación gubernamental llamada Operación Rubific, que trasladó a 16.000 afganos al país en la mayor evacuación britÔnica encubierta en tiempos de paz, con unos 8.000 aún por llegar.

Toda la operación se mantuvo en secreto para diputados y el público, e incluso algunos ministros decidieron ocultar al Parlamento el verdadero motivo de la evacuación.

El Ministerio de Defensa se enfrenta a una reclamación de indemnización por parte de mÔs de 650 ciudadanos afganos que creen haber sido afectados por la filtración, la cual costaría cientos de millones de libras.

CÔrcel por talar Ôrbol histórico borrachos

Daniel Graham (39) y Adam Carruthers (32), condenados por daños al Muro de Adriano y al simbólico Ôrbol Sycamore Gap de mÔs de 100 años a 51 meses de prisión

Titulares de la prensa britƔnica

The Times – Revelan ocultamiento de filtración que arriesgó 100.000 afganos
The Telegraph – Ocultaron migración afgana por Ā£7bn
The Guardian – Evacuaron en secreto a miles de afganos al paĆ­s
Metro – Ocultaron evacuación de afganos por Ā£850m
Financial Times – Trajeron afganos en secreto al ser expuestos a talibanes por filtración
Daily Mail – Ministros aĆŗn no aclaran evacuaciones afganas secretas
Daily Express – CĆ”rcel por tontos
The Sun – Lo cortaron
Daily Star – Torode habla de BBC
Daily Mirror – Pesadilla en la cocina de BBC
i news – Asilo para 24.000 afganos por fallo de email y ocultamiento

Paul Weller estĆ” enfadado, y apunta a Spotify y Boris Johnson

El cantautor inglés publica disco acompañado de la sinfónica de la BBC, pero hacerlo no le ha suavizado en lo mÔs mínimo

Paul Weller habla en un raro día libre que le deja la gira que hace por Gran Bretaña; hasta por teléfono, su famosa energía e inquietud es tangible. No es difícil imaginarle dando vueltas por su habitación de hotel. Una vez caminé con él por una calle del West End londinense una tarde de principios de verano, en que las oficinas ya estaban vacías y las aceras frente a los pubs aparecían llenas, y me llevaba a un ritmo agotador. El Modfather [juego de palabras entre Godfather, por la película «El Padrino», y mod, la tribu juvenil urbana a la que se adscribía en sus orígenes, a finales de los setenta, con la banda The Jam] va a todo gas.

A los 63 aƱos, el compositor que compuso la banda sonora a la que The Jam hizo bailar a la Inglaterra de la Ć©poca — quien luego se relocalizó en el soul y el jazz inmaculadamente ataviado junto a su siguiente banda The Style Council y que, mĆ”s tarde, empezó una carrera en solitario que sigue dando gloriosos frutos — parece estar aĆŗn pisando el acelerador a fondo. Ocho hijos con cuatro parejas — incluidos sus gemelos, que llevan los esplĆ©ndidos nombres Bowie y John Paul — un calendario de giras agotador, deja cada vez menos brechas entre Ć”lbumes: abandonar el alcohol en 2010 le ayudó a recalcular, despuĆ©s de aƱos en los que la bebida estuvo quitando filo a su antigua navaja.

QuizĆ” le rompió el corazón a sus fanĆ”ticos al terminar The Jam en 1982 — y, para ellos, al abandonar el agit-pop para convertirse en un melódico mĆ”s — pero, aĆŗn asĆ­, Weller aĆŗn echa fuego: la sola mención de los errores recientes de Boris Johnson hace que salgan del autor de In The City valiosas perlitas.

Ā«PreferirĆ­a tener a Peppa Pig de primera ministra,Ā» dispara. Ā«Es la misma mafia, es Eton Rifles [su canción, donde habla de los privilegiados alumnos de la famosa escuela de Ć©lite] otra vez, Āæno? Los mismos viejos compinches, todos cuidando de sĆ­ mismos. La Ćŗnica diferencia es que ahora ni siquiera se molestan en cubrir sus huellas. Son tan arrogantes… como si admitieran, ‘sĆ­, somos corruptos, vete a la mierda’. Estamos en un estado de cosas chocante.Ā»

Weller no se corta al opinar sobre el enfrentamiento entre artistas, plataformas de streaming y los principales sellos discogrĆ”ficos por la distribución de los ingresos de redifusión de la mĆŗsica, de la cual, dice, recibe una miseria. ā€œEs solo codicia al final de todo; lucro y codicia. Se supone que todo deberĆ­a ser mĆ”s transparente ahora, pero sabemos muy bien que esto todavĆ­a no es asĆ­. Igual que el Gobierno: nadie intenta ocultarlo. Si ves la situación del streaming, es una puta broma, un insulto.Ā»

ā€œHay personas que ganan miles de millones con la redifusión. Pero es igual a todo el engaƱo de los sesenta y setenta: Tin Pan Alley estafando a los artistas, los Beatles cobrando un centavo por venta de Ć”lbum entre ellos, toda esa tonterĆ­a. Quieren aparentar ser mĆ”s modernos y abiertos, pero todo sigue siendo lo mismo.Ā»

Weller, claramente, no es un sentimental del pasado, pero admite cierto grado de desesperación porque la desigualdad de ingresos y las mayores privaciones financieras — causadas por la pandemia y el visado post-Brexit y las reglas de las giras — podrĆ­an afectar al futuro de la mĆŗsica y los mĆŗsicos. ā€œRealmente lamento la situación de los artistas jóvenes. Es un poco mĆ”s fĆ”cil para alguien como yo, tengo mi catĆ”logo. Pero los artistas jóvenes estĆ”n jodidos. No reciben regalĆ­as, tienen que tener cientos de miles de visitas antes de que las discogrĆ”ficas siquiera se molesten en recibirlos, y si los fichan, igual no les pagan. La gente me dice: ‘Bueno, siempre puedes cobrar en los directos, Āæno?’. Ya, sĆ­, pero solo si tocas para un cierto nĆŗmero de personas. Si tocas en pubs y clubes, probablemente ganes el mismo dinero que yo hace 40 o 50 aƱos: un par de cientos de libras por noche entre tres. Es una burla.Ā»

MĆŗsico que ha sorprendido siempre a lo largo de sus 43 aƱos de carrera, Weller estĆ” a punto de lanzar otro tiro libre indirecto: An Orchestrated Songbook es un Ć”lbum de canciones extraĆ­das de su catĆ”logo antiguo, grabado en vivo en Londres la primavera pasada con el director y compositor Jules Buckley y la Orquesta Sinfónica de la BBC. La lista de canciones va desde English Rose — extraido de la obra maestra de The Jam de 1979, All Mod Cons — hasta las pistas del Ć”lbum mĆ”s reciente de Weller, Fat Pop (Volume 1), de este aƱo. Los delicados y exuberantes arreglos de Buckley engarzan delicadamente los temas a travĆ©s de todas las dĆ©cadas que abarca.

Visto con dulzura, Weller es la humildad personificada que deja estallar brevemente un honesto orgullo mientras habla del proyecto. ā€œEstoy realmente agradecido por la oportunidad de hacer esto; no es algo que hubiera podido hacer yo solo. Me entreguĆ© por completo a Jules porque este tipo de cosas estĆ”n realmente fuera de mi alcance.Ā»

ā€œFue interesante escuchar algunas de las canciones, las mĆ”s antiguas especialmente, en estos diferentes arreglos. Escuchar temas viejos de The Jam como English Rose y Carnation fue casi como escuchar mĆŗsica no escrita por mĆ­. Y me dio, y espero que esto no suene arrogante, una mejor apreciación de algunos de esos temas de antaƱo. Los pude ver bajo una luz diferente.Ā»

En sus directos, Weller ha oscilado durante mucho tiempo entre una negativa cerrada a ‘ensuciar’ sus setlists con Ć©xitos, y estallidos repentinos de selecciones que hacen las delicias del pĆŗblico. En esta gira ha hecho un poco de ambas cosas. Pero no es que sea perverso, insiste; mĆ”s bien, proviene del deseo de mantenerse comprometido.

ā€œA veces me canso de tocar determinadas canciones de tanto repetirlas. Pero cuando estaba armando la lista de canciones para esta gira, repasaba viejos setlists y pensĆ©: ‘ĀæSabes quĆ©? Echo de menos tocar Shout to the Top o My Ever Changing Moods o lo que sea’. Vuelvo a ellas, incluso aunque haya noches en que no tenga ganas de hacerlo. Depende. Cuando tocamos Town Called Malice toda la sala explotó. ĀæCómo no me iba a divertir con eso? Es muy conmovedor y energizante. DespuĆ©s de todo lo que ha pasado, ahora estoy feliz de tocar cualquier tema en cualquier lugar. Incluidos bar mitzvah y bodas.Ā»

TodavĆ­a le preguntan si reformarĆ” a The Jam, pero sigue convencido de que nunca sucederĆ”. Su banda actual, y Ć©l mismo, estĆ”n viendo Get Back — la obra de Peter Jackson sobre los Beatles, a quienes Weller venera — y no le importa que, en partes de la pelĆ­cula, ocurra muy poco. Ā«Esa es a menudo la realidad de una banda: te quedas sentado, sin llegar a ningĆŗn lugar, y de pronto encuentras el ‘lugar’ al que quieres llegar.Ā»

Weller estÔ contento por la separación de los Beatles. «¿Te imaginas si hubieran continuado juntos? ¿Los Beatles en los ochenta? ¿Con esas jodidas cajas de ritmos y secuenciadores? Su legado estÔ ahí asegurado para siempre. Si hubiéramos continuado, la gente no hablaría de The Jam de la forma como habla ahora. Tampoco es que nos compare con los Fab Four, obviamente.»

El eclecticismo del trabajo en solitario de Weller al final de su carrera no tiene parangón. Comenzando con 22 Dreams en 2008, ha lanzado ocho Ć”lbumes en una sucesión de Ć©xitos que sus pares no estĆ”n cerca de igualar. ā€œNo quiero hacer nunca una grabación deficiente, menos a mi edad. Lo mĆ­o es solamente una manera de pensar. La gente llega a cierta edad, se cierra ante las cosas nuevas y se queda feliz, estancada en la Ć©poca en que tenĆ­a 15 aƱos.Ā»

Weller dice que nunca podrĆ­a unirse al circuito del ‘legado corporativo’ y terminar produciendo Ć©xitos por dinero, publicando para cobrar pero vacĆ­o por dentro. Ā«No, colega, eso no va conmigo. PreferirĆ­a ir a tocar covers en un pub.Ā» Y se pone a caminar, buscando su próximo objetivo musical. Y que siga caminando.

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ArtĆ­culo deĀ Dan Cairns
Publicado / actualizado enĀ The TimesĀ elĀ jueves, 2 de diciembre de 2021

Traducido al espaƱol por Alejandro TellerĆ­a-Torres

Enlace al artículo original en inglés: https://www.thetimes.co.uk/article/paul-weller-is-angry-take-cover-spotify-and-boris-johnson-nkdwlkrnh